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Villa JUANICÓ (Canelones - Uruguay)

"LA LOCALIDAD QUE EL FERROCARRIL DIO SU NOMBRE"

La actual localidad de Juanicó (departamento de Canelones), declarada por ley (dentro de la categorización de centros poblados) como “Villa Juanicó” recién el 13 de noviembre de 2002 (ley Nro. 17587), obtuvo su designación de hecho por una entidad privada: “The Central Uruguay Railway Company” (La Compañía del Ferro-Carril Central del Uruguay).

   El 1° de abril de 1872 quedó habilitada al tráfico la línea ferroviaria Juanicó – Canelones, que el 15 de noviembre del año anterior, había quedado operativa la Estación “Progreso” en la zona conocida como “Puntas del Colorado”. Entonces, el primer día de abril de 1872 con un viaje de la “máquina del progreso” llega hasta los campos de Cándido Juanicó para atravesarlos, humeante y ruidosa, va espantando al ganado que corría despavorido ante el rápido y desafiante negro monstruo de hierro.

    Esa Estación –cuya instalación se emplazó en una fracción de terreno que “vendió por un peso” Juanicó a la Compañía del Ferro-Carril- se le designó con el nombre del patriota guadalupense Joaquín Suárez, que además fue suegro de Senén María Rodríguez, administrador de la Compañía, fallecido en noviembre de 1871.

  Tiempo después, precisamente el 15 de octubre de 1882, a iniciativa de Francisco Piria de Grossi (1847 – 1933) se funda el pueblo Suárez, en las cercanías de Pando. Poblado que iría creciendo a la vera de otra línea férrea: la del Ferro-Carril Nordeste del Uruguay (“North Eastern Uruguay Railway”).

   Por casi 6 años existieron en el mismo departamento (Canelones) dos estaciones del ferrocarril con el mismo nombre, aunque el pueblo fundado por Piria se le designara solamente como “Pueblo Suárez”, mientras que la designación de Estación “Joaquín Suárez” (en las cercanías de la Villa de Canelones) fue a raíz de la iniciativa de una empresa privada.

   La iniciativa de Piria tuvo la visión básica del ordenamiento territorial del centro poblado que se creaba con el fraccionamiento en solares de un padrón en mayor área de su propiedad. Más tarde creó la Escuela “Juan Manuel Bonifaz”, es decir, les fue dando a los pobladores de aquel lugar los servicios básicos que el núcleo urbano requería.

  En cambio, la Estación “Joaquín Suárez”  fue rodeándose de ranchos de peones de, fundamentalmente, la Estancia de Cándido Juanicó. Siete años más tarde, a impulso de vecinos (Ángel Mosquera, Domingo Caraballo, Santiago Mirassou, Francisco Valla, entre otros), se crea la Escuela Rural Nro. 7 cuyo primer maestro preceptor fue Baldomero de la Peña. Es la actual Escuela Nro. 9 “Mtro. Gregorio Migues Vieyte”, con sus prolíficos 141 años de labor educativa.

  Según compulsa que tuvimos oportunidad de realizar en los libros diarios de la Escuela, los distintos maestros directores desde 1879 (año que se crea el centro escolar) comenzaban labrando sus actas diarias haciendo mención a la fecha en que se dejaba constancia la actuación y al lugar geográfico donde la misma se levantaba; entre 1879 y 1888, se principiaba el escrito con la frase: “En Estación Joaquín Suárez a los…” tantos días del mes tal… Se creyó que se mantuvo esa designación al paraje hasta noviembre de 1888. Pero no. La Estación “Joaquín Suárez” dejó de llamarse en mayo de ese año.

  Hace unos días accedí a un exquisito material histórico brindado por la familia Rabellino Isabella que daba cuenta de un dato interesante: el agricultor italiano Francisco Rabellino, arrendatario de campos del productor Federico E. Balparda (1839-1889) es tenedor de un recibo de pago cuyo tenor expresa lo siguiente:

 

 

“Recibí del Sor Don Francisco Rabelino Ciento cuarenta y siete pesos oro  sellado por un año de arrendamiento, vencido el 1° del presente mes del terreno que ocupa de mi propiedad cerca de la Estación Joanicó en el Departamento de Canelones.

        Montevideo, Agosto 30 de 1888

Federico E. Balparda”

 

   Pero ¿Cuándo se produjo el cambio y por qué?    

   El ferrocarril se constituyó en medio de transporte tanto de carga como de pasajeros, medio que desafiaba a los tradicionales (carretas, diligencias y transporte fluvial). Desde Montevideo, precisamente –desde Bella Vista (actual Estación Lorenzo Carnelli) salían encomiendas a distintas estaciones de las líneas ferroviarias para llegar a manos de sus propietarios.

  Dos estaciones con una misma designación, en distintas ubicaciones geográficas, podrá imaginarse el lector que algún contratiempo se habrá dado para que la mercadería llegara al destino correcto. Y así fue.

  El 8 de mayo de 1888 la administración del  “Central Uruguay Railway Company Limited”  emite el siguiente comunicado que sería publicado en el diario “El Siglo”:

“FERROCARRIL C. DEL URUGUAY

Se hace saber al público que para evitar las continuas equivocaciones que se cometen en la remisión de cargas, etc, a la actual ‘Estación Joaquín Suárez’ por motivo de existir otra de igual nombre sobre la línea del Ferrocarril N. Este ubicada en el pueblito del mismo nombre, se ha resuelto denominar ‘Estación Joanicó’, desde el 15 del corriente mes (ilegible) de nuestra línea, situada en campos de esa sucesión.

Montevideo, Mayo 8 de 1888.

                                                                 La Administración”

 

  Aquí viene otro problema: ¿Es Juanicó o Joanicó? {

    No hay lugar dudas que el apellido del menorquín Francisco José Buenaventura Juanicó Sans y Petrós (1776 – 1845) llevaba una sola o y con tilde (pese a que su origen catalán, no lleva tilde y admite dos acepciones: Juanico o Joanico, pues su matriz “Juan” con el sufijo “ico”, castellanizado no significa otra cosa que “Juanito”[1]), la partida de nacimiento del patriarca de la familia surge el apellido Juanicó, labrada con motivo de su nacimiento en mayo de 1776.

   El yerro de escribir Joanicó, según nos contó –el Prof. Leonardo Chiazzo- que su abuelo Félix comentaba el hecho de que –probablemente uno de los nietos de Cándido Juanicó- hubo de llamar la atención a las autoridades del Ferrocarril al apreciar que el cartel de la nueva estación estaría mal escrito, cosa que inmediatamente se corrigió.

  Aunque las erratas persisten en escribir mal el nombre de Juanicó aún hoy, pleno siglo XXI. A pesar de que las etiquetas de vinos finos que se elaboran en la zona, se constituyen en la máxima publicidad del lugar. 

   En definitiva, no hubo ni inauguración de la Estación (sino habilitación de la línea) así como tampoco una designación oficial en mérito a los servicios que prestó al país el Dr. Cándido Juanicó (abogado, jurisconsulto, juez, Presidente de la Alta Corte de Justicia, diputado y Senador de la República, diplomático, embajador ante distintas potencias extranjeras entre otras actividades culturales y académicas que cumplió). No se pretende quitarle mérito a la elección hecha por las autoridades del CURC, pero creemos que no se tuvo en cuenta los antecedentes históricos de la designación sino que, más bien se hizo el cambio para evitar inconvenientes en el servicio de encomiendas.

Así y todo, el ferrocarril nos dio el nombre y la Estación, fue la semilla que germinó para floreciera el proceso fundacional de una localidad que emergió en la geografía y en la historia de Canelones, sin ordenamiento territorial y sin quererlo por parte de las autoridades. Más bien, ha sido su gente –la de ayer y también la de hoy- la que edifica su prosperidad, con cada demanda lograda, con el trabajo cotidiano y sin dudas, motivada, por ese puñado de sueños compartidos.

  La historia es dinámica y no deja de sorprendernos. Sigilosa se mueve cual saber humano y nos sorprende, desbaratando conclusiones que creíamos selladas por la “autoridad de la cosa juzgada” (al decir en la jerga judicial). Pero no. La historia siempre admite revisión.

 Fernando Lúquez Cilintano.-



[1] “Juanicó, de apellido a localidad” pág. 11 Fernando Lúquez Cilintano (Montevideo, -Imprenta Mastergraf 2012)

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