Blogia
Villa JUANICÓ (Canelones - Uruguay)

¿Orden o barbarie? ¿Comunidad o Selva?

Es claro que se plantea esta disyuntiva, cuando nos encontramos con hechos antisociales, como lo es: el hurto de redes de los arcos en la Cancha del Complejo Deportivo Juanicó, las fogatas y quema indiscriminada de madera (literalmente destrozada a patadas), en el Ruedo Gral. José Artigas, la rotura de botellas sobre el pavimento de Velódromo, sin pensar siquiera –los individuos amigos del daño- que en ese espacio, las tardes de sábados y domingos, van niños con sus padres, a recrearse. O, hechos tales como, la furiosa pedrea que recibe el alumbrado público o placas de Homenajes, en lugares públicos hermoseados a pulmón, por determinadas instituciones sociales.

          ¿Cuál es el propósito de esta batalla antisocial? ¿Qué hace o deja de hacer el Estado para prevenir o reprimir estas acciones vandálicas? Se dice que, estos espacios como el Velódromo o el Complejo Deportivo Juanicó, son de la comunidad. Y si, claro que lo son, en la medida que fue ésta, quien concibió a las instituciones que crearon tales espacios. Eso está fuera de discusión. Pero, ello jamás debe ser un fundamento para dejar librado a “la buena de Dios”, ese patrimonio social. ¿Es acaso pensable que, el Estadio Centenario o el Velódromo Municipal de Montevideo, tuvieran libre acceso? ¿Se imaginan los lectores su estado, por obra del vandalismo? Bueno, sí se pone de ejemplo, espacios sustancialmente públicos, cuyo acceso está limitado como si fuera propiedad privada. Entonces ¿Qué cosa nos hace pensar en Juanicó que esos espacios privados con vocación pública, como lo son la Cancha de Fútbol y el Velódromo, deben tener libre acceso?

     El libre acceso, sólo permite que, sucesos nocturnos –antisociales- se sigan materializando en un Juanicó que, parece ser dueño de “matoncitos”, al mejor estilo del “Lejano Oeste” estos sujetos, hacen de las suyas, cuando se ven –quizá- enajenados por el beberaje o alguna otra sustancia, cuyo origen se desconoce.

       Asi las cosas. Hemos denunciado un hecho irregular, acaecido el pasado domingo 5, a las 0.30 am,  tras constatar que casi una decena de “muchachones” (varones y mujeres), entre risas y botellas que se empinaban placenteramente, disfrutaban de una gran fogata, avivada por las maderas del Ruedo y de la Cantina del Velódromo, convertidos en ardientes leños, cuyas llamas por poco abrazan las instalaciones eléctricas del predio. El daño pudo ser mayor, cuya dimensión no pudo ser apreciada por los sujetos, sino por los denunciantes que, pudieron contar, rápidamente con el apoyo de las autoridades policiales y de Bomberos.

0 comentarios